martes, 8 de noviembre de 2011

Vida y Obra de la Hermana María Crescencia Pérez

María Angélica Pérez (Hna. Crescencia), nació el 17 de agosto de 1897. Toda su familia se

trasladó a Pergamino cuando ella era muy chica, se dedicaron a las tareas rurales, dentro
de un clima de profunda Fe.
Sus estudios primarios los cursó el el Hogar de Jesús, de Pergamino. También allí se recibió
de maestra de lae 1915 cuando ingresó al Noviciado de las Hermanas del Huerto, en Bs.As.
Su vocación religiosa tomó un curso definitivo un 31 de diciembre de de 1915 cuando
ingresó al Noviciado de las Hermanas del Huerto, en Buenos Aires.
Recibió el Santo Hábito el 2 de septiembre de 1916. Se entregó totalmente a Dios, como
hermana de la Caridad.
Los primeros años de su vida religiosa los dedicó a la niñez, se desempeñó como maestra
de labores y catequista, en un taller adjunto de la Casa Provincial, y luego en el Colegio
Rincón de Buenos Aires.
La segunda etapa de su vida la dedicó a los enfermos, comenzó esta misión en el Sanatorio
Marítimo de Mar del Plata. Lugar dedicado exclusivamente a la internación y atención de
niños con tuberculosis ósea, allí permaneció 3 años.Como su frágil salud empezó a declinar,
sus superiores decidieron enviarla a un lugar donde el clima la ayudase a recuperarse.
Eligieron para ello Vallenar, Chile.En el año 1928, la Hermana Crescencia visitó por última
vez Pergamino para despedirse de los suyos. Ante el progreso de su enfermedad, fue
internada durante 3 meses en un hospital cercano a Vallenar. Con verdadera piedad recibió
el Santo Viático, rodeada de su Superiora y Hermanas y mientras rezaban las oraciones de
los agonizantes, se incorporó e inclinándose delante del cuadro del Sagrado Corazón de
Jesús, repitió las Palabras que el mismo Jesús le enseñaba: "Corazón de Jesús, por los
sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros".


Luego de pedir bendiciones para todas sus Hermanas, exclamó: "No me detengan más.
NO ME DETENGAN MAS...Sí, que todos vayan al Corazón Santísimo de Jesús, allí encontrarán
la salvación de su alma". Finalmente dijo sonriendo: "Padre...en tus manos encomiendo mi
espíritu". Así murió santamente, el 20 de mayo de 1932.






Tumba de la Hermana María Crescencia Pérez en la Capilla del Colegio.

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