Padre de Jesús y nuestro que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos gracias por tu sierva María Crescencia que te amó con sencillez, y te rogamos que la glorifiques, para que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada.
Concédenos, por su intermedio, la gracia que, con humildad, te imploramos.
Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
(Formular la petición y rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
"Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros".
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